miércoles, 16 de octubre de 2013
jueves, 28 de febrero de 2013
GUIA#2 ETICA PARA GRADO ONCE
DATE LA BUENA VIDA
¿Qué pretendo decirte
poniendo un «haz lo que quieras» como lema fundamental de esa ética hacia la
que vamos tanteando? Pues sencillamente (aunque luego resultará que no es tan
sencillo, me temo) que hay que dejarse de órdenes y costumbres de premios y castigos,
en una palabra de cuanto quiere dirigirte desde fuera, y que tienes que
plantearte todo este asunto desde ti mismo, desde el fuero interno de tu
voluntad. No le preguntes a nadie qué es
lo que debes hacer con tu vida: Pregúntatelo a ti mismo. Si deseas saber en qué
puedes emplear mejor tu libertad, no la pierdas poniéndote ya desde el
principio al servicio de otro o de otros, por buenos, sabios y respetables que
sean: interroga sobre el uso de tu libertad... a la libertad misma.
Claro, como eres chico listo
puede que te estés dando ya cuenta de que aquí hay una cierta contradicción. Si
te digo «haz lo que quieras»parece que te estoy dando de todas formas una
orden, «haz eso y no lo otro», aunque sea la orden de que actúes libremente.
¡Vaya orden más complicada, cuando se la examina de cerca! Si la cumples, la
desobedeces (porque no haces lo que eres, sino lo que quiero yo que te lo
mando), si la desobedeces, la cumples (porque haces lo que tú quieres en lugar
de lo que yo te mando... ¡Pero eso es precisamente lo que te estoy mandando!).
Créeme, no pretendo meterte en un rompecabezas como los que aparecen en la
sección de pasatiempos de los periódicos. Aunque procure decirte todo esto
sonriendo para que no nos aburramos más de lo debido, el asunto es serio: no se
trata de pasar el tiempo, sino de vivirlo bien. La aparente contradicción que
encierra ese «haz lo que quieras»no es sino un reflejo del problema esencial de
la libertad misma: a saber, que no somos libres de no ser libres, que no
tenemos más remedio que serlo. ¿Y si me dices que ya está bien, que estás harto
y que no quieres seguir siendo libre? ¿Y si decides entregarte como esclavo al
mejor postor o jurar que obedecerás en todo y para siempre a tal o cual tirano?
Pues lo harás porque quieres, en uso de tu libertad y aunque obedezcas a otro o
te dejes llevar por la masa seguirás actuando tal como prefieres: no
renunciarás a elegir, sino que habrás elegido no elegir por ti mismo. Por eso
un filósofo francés de nuestro siglo, Jean-Paul
Sartre, dijo que «estamos condenados a la libertad». Para esa condena no
hay indulto que valga...
De modo que mi «haz lo que
quieras» no es más que una forma de decirte que te tomes en serio el problema de tu libertad, lo de que nadie puede
dispensarte de la responsabilidad creadora de escoger tu camino. No te
preguntes con demasiado morbo si «merece la pena» todo este jaleo de la
libertad, porque quieras o no eres libre, quieras o no tienes que querer.
Aunque digas que no quieres saber nada de estos asuntos tan fastidiosos y que
te deje en paz, también estarás queriendo... queriendo no saber nada, queriendo
que te dejen en paz aun a costa de aborregarte un poco o un mucho. ¡Son las
cosas del querer, amigo mío, como dice la copla! Pero no confundamos este «haz
lo que quieras» con los caprichos de que hemos hablado antes. Una cosa es que hagas «lo que quieras» y
otra bien distinta que hagas «lo primero que te venga en gana». No digo que
en ciertas ocasiones no pueda bastar la pura y simple gana de algo: al elegir
qué vas a comer en un restaurante, por ejemplo. Ya que afortunadamente tienes
buen estómago y no te preocupa engordar, pues venga, pide lo que te dé la
gana... Pero cuidado, que a veces con la «gana» no se gana sino que se pierde.
Ejemplo al canto.
No sé si has leído mucho la
Biblia. Está llena de cosas interesantes y no hace falta ser muy religioso —ya
sabes que yo lo soy más bien poco— para apreciarlas. En el primero de sus
libros, el Génesis, se cuenta la
historia de Esaú y Jacob, hijos de Isaac. Eran hermanos gemelos, pero Esaú había salido primero del vientre
de su madre, lo que le concedía el
derecho de primogenitura: ser primogénito en aquellos tiempos no era cosa
sin importancia, porque significaba estar destinado a heredar todas las posesiones y privilegios del padre. A Esaú le
gustaba ir de caza y correr aventuras, mientras que Jacob prefería quedarse en casita, preparando de vez en cuando algunas
delicias culinarias. Cierto día volvió Esaú del campo cansado y hambriento
Jacob había preparado un suculento potaje
de lentejas y a su hermano, nada más llegarle el olorcillo del guiso, se le
hizo la boca agua. Le entraron muchas ganas de comerlo y pidió a Jacob que le
invitara. El hermano cocinero le dijo
que con mucho gusto pero no gratis sino a cambio del derecho de primogenitura.
Esaú pensó: «Ahora lo que me apetecen son las lentejas. Lo de heredar a mi
padre será dentro de mucho tiempo. ¡Quién sabe, a lo mejor me muero yo antes
que él!» y accedió a cambiar sus futuros derechos de primogénito por las
sabrosas lentejas del presente. ¡Debían oler estupendamente esas lentejas! Ni
que decir tiene que más tarde, ya
repleta la panza, se arrepintió del
mal negocio que había hecho, lo que provocó bastantes problemas entre los
hermanos (dicho sea con el respeto debido, siempre me ha dado la impresión de
que Jacob era un pájaro de mucho cuidado). Pero si quieres saber cómo acaba la
historia léete el Génesis. Para lo que aquí nos interesa ejemplificar basta con
lo que te he contado.
Como te veo un poco sublevado,
no me extrañaría que intentaras volver esta historia contra lo que te vengo
diciendo: «¿No me recomendabas tú eso tan bonito de "haz lo que
quieras"?, pues ahí tienes: Esaú
quería potaje, se empeñó en conseguirlo y al final se quedó sin herencia.
¡Menudo éxito!» Si, claro, pero... ¿eran esas lentejas lo que Esaú quería de
veras o simplemente lo que le apetecía en aquel momento? Después de todo, ser el primogénito era entonces una cosa
muy rentable y en cambio las lentejas ya se sabe: si quieres la toma y si
no las dejas... Es lógico pensar que lo que Esaú quería en el fondo era la
primogenitura, un derecho destinado a mejorarle mucho la vida en un plazo más o
menos próximo. Por supuesto, también le apetecía comer potaje, pero si se hubiese molestado en pensar un poco se
habría dado cuenta de que este segundo deseo podía esperar un rato con tal de
no estropear sus posibilidades de conseguir lo fundamental. A veces los hombres queremos cosas
contradictorias que entran en conflicto unas con otras. Es importante ser
capaz de establecer prioridades y de imponer una cierta jerarquía entre lo que
de pronto me apetece y lo que en el fondo, a la larga, quiero. Y si no, que se
lo pregunten a Esaú...
En el cuento bíblico hay un detalle importante. Lo que
determina a Esaú para que elija el
potaje presente y renuncie a la herencia futura es la sombra de la muerte
o, si prefieres, el desánimo producido por la brevedad de la vida. «Como sé que me voy a morir de todos modos y a
lo mejor antes que mi padre..., ¿para qué molestarme en dar más vueltas a lo
que me conviene? ¡Ahora quiero lentejas y mañana estaré muerto, de modo que
vengan las lentejas y se acabó!» Parece como si a Esaú la certeza de la muerte
le llevase a pensar que la vida ya no
vale la pena, que todo da igual. Pero lo que hace que todo dé igual no es
la vida, sino la muerte. Fíjate: por miedo a la muerte, Esaú decide vivir como
si ya estuviese muerto y todo diese igual. La
vida está hecha de tiempo, nuestro presente está lleno de recuerdos y
esperanzas, pero Esaú vive como si para él ya no hubiese otra realidad que
el aroma de lentejas que le llega ahorita mismo a la nariz, sin ayer ni mañana.
Aún más: nuestra vida está hecha de relaciones con los demás —somos padres,
hijos, hermanos, amigos o enemigos, herederos o heredados, etc— pero Esaú
decide que las lentejas (que son una cosa, no una persona) cuentan más para él
que esas vinculaciones con otros que le hacen ser quien es. Y ahora una
pregunta: ¿cumple Esaú realmente lo que quiere o es que la muerte le tiene como
hipnotizado, paralizando y estropeando su querer?
Dejemos a Esaú con sus
caprichos culinarios y sus líos de familia. Volvamos a tu caso, que es el que
aquí nos interesa. Si te digo que hagas lo que quieras, lo primero que parece oportuno hacer es que pienses con
detenimiento y a fondo qué es lo que quieres. Sin duda te apetecen muchas
cosas, a menudo contradictorias, como le pasa a todo el mundo: quieres tener
una moto pero no quieres romperte la cabeza por la carretera, quieres tener amigos pero
sin perder tu independencia, quieres tener dinero pero no quieres avasallar al
prójimo para conseguirlo, quieres saber cosas y por ello comprendes que hay que
estudiar pero también quieres divertirte, quieres que yo no te dé la lata y te
deje vivir a tu aire pero también que esté ahí para ayudarte cuando lo
necesites, etc. En una palabra, si tuvieras que resumir todo esto y poner en
palabras sinceramente tu deseo global de fondo, me dirías: «Mira, papi, lo que quiero es darme la buena
vida.» ¡Bravo! ¡Premio para el caballero! Eso mismito es lo que yo quería
aconsejarte: cuando te dije «haz lo que quieras» lo que en el fondo pretendía
recomendarte es que te atrevieras a darte la buena vida. Y no hagas caso a los
tristes ni a los beatos, con perdón: la
ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor. Si
merece la pena interesarse por la ética es porque nos gusta la buena vida. Sólo
quien ha nacido para esclavo o quien tiene tanto miedo a la muerte que cree que
todo da igual se dedica a las lentejas y vive de cualquier manera...
Quieres darte la buena vida:
estupendo. Pero también quieres que esa buena vida no sea la buena vida de una
coliflor o de un escarabajo, con todo mi respeto para ambas especies, sino una
buena vida humana. Es lo que te corresponde, creo yo. Y estoy seguro de que a
ello no renunciarías por nada del mundo. Ser
humano, ya lo hemos indicado antes, consiste principalmente en tener relaciones
con los otros seres humanos. Si pudieras tener muchísimo dinero, una casa
mas suntuosa que un palacio de las mil y una noches, las mejores ropas, los más
exquisitos alimentos (¡muchísimas lentejas!), los más sofisticados aparatos,
etc., pero todo ello a costa de no volver a ver ni a ser visto por ningún ser
humano jamás ¿estarías contento? ¿Cuánto tiempo podrías vivir así sin volverte
loco? ¿No es la mayor de las locuras querer las cosas a costa de la relación
con las personas? ¡Pero si precisamente la gracia de todas esas cosas estriba
en que te permiten —o parecen permitirte— relacionarte más favorablemente con
los demás! Por medio del dinero se espera poder deslumbrar o comprar a los
otros; las ropas son para gustarles o para que nos envidien, y lo mismo la
buena casa, los mejores vinos, etcétera. Y no digamos los aparatos: el vídeo y
la tele son para verles mejor, el compact para oírles mejor y así sucesivamente. Muy pocas cosas conservan su gracia en la
soledad; y si la soledad es completa y definitiva, todas las cosas se amargan
irremediablemente. La buena vida humana es buena vida entre seres humanos o
de lo contrario puede que ser vida pero no será ni buena ni humana. ¿Empiezas a
ver por dónde voy?
Las cosas pueden ser bonitas
y útiles, los animales (por lo menos algunos) resultan simpáticos, pero los
hombres lo que queremos ser es humanos, no herramientas ni bichos. Y queremos
también ser tratados como humanos, porque eso de la humanidad depende en buena
medida de que los unos hacemos con los otros. Me explico: el melocotón nace melocotón, el leopardo viene ya al mundo como
leopardo, pero el hombre no nace ya hombre del todo ni nunca llega a serlo si
los demás no le ayudan. ¿Por qué? Porque el hombre no es solamente una
realidad natural (como los melocotones o los leopardos), sino también una realidad cultural. No hay humanidad sin aprendizaje cultural y
para empezar sin la base de toda cultura (y fundamento por tanto de nuestra
humanidad): el lenguaje. El mundo en el que vivimos los humanos es un mundo
lingüístico, una realidad de símbolos y leyes sin la cual no sólo seríamos
incapaces de comunicarnos entre nosotros sino también de captar la
significación de lo que nos rodea. Pero nadie puede aprender a hablar por sí
solo (como podría aprender a comer por sí solo o a mear —con perdón— por sí
solo), porque el lenguaje no es una
función natural y biológica del hombre (aunque tenga su base en nuestra
condición biológica, claro está), sino una creación cultural que heredamos y
aprendemos de otros hombres.
Por
eso hablar a alguien y escucharle es tratarle como a una persona, por lo menos
empezar a darle un trato humano. Es sólo un primer paso,
desde luego, porque la cultura dentro de la cual nos humanizamos unos a otros
parte del lenguaje pero no es simplemente lenguaje. Hay otras formas de demostrar
que nos reconocemos como humanos, es decir, estilos de respeto y de miramientos
humanizadores que tenemos unos para con otros. Todos queremos que se nos trate
así y si no, protestamos. Por eso las chicas se quejan de que se las trate como
mujeres «objeto», es decir simples adornos o herramientas; y por eso cuando
insultamos a alguien le llamamos «¡animal!», como advirtiéndole que está
rompiendo el trato debido entre hombres y que como siga así podemos pagarle con
la misma moneda. Lo más importante de todo
esto me parece lo siguiente: que la humanización (es decir, lo que nos
convierte en humanos, en lo que queremos ser) es un proceso recíproco (como el
propio lenguaje, si te das cuenta). Para que los demás puedan hacerme
humano, tengo yo que hacerles humanos a ellos; si para mí todos son como cosas
o como bestias, yo no seré mejor que una cosa o una bestia tampoco. Por eso
darse la buena vida no puede ser algo muy distinto a fin de cuentas de dar la
buena vida. Piénsalo un poco, por favor.
Más adelante seguiremos con
esta cuestión. Ahora para concluir este capítulo de modo más relajado, te
propongo que nos vayamos al cine. Podemos ver, si quieres, una hermosísima
película dirigida e interpretada por Orson Welles: Ciudadano Kane. Te la
recuerdo brevemente, Kane es un multimillonario que con pocos escrúpulos ha
reunido en su palacio de Xanadú una enorme colección de todas las cosas
hermosas y caras del mundo. Tiene de todo, sin duda, y a todos los que le
rodean les utiliza para sus fines, como simples instrumentos de su ambición. Al
final de su vida, pasea solo por los salones de su mansión, llenos de espejos
que le devuelven mil veces su propia imagen de solitario: sólo su imagen le
hace compañía. Al fin muere, murmurando una palabra: «¡Rosebud!» Un periodista
intenta adivinar el significado de este último gemido, pero no lo logra. En
realidad, «Rosebud» es el nombre escrito en un trineo con el que Kane jugaba
cuando niño, en la época en que aún vivía rodeado de afecto y devolviendo
afecto a quienes le rodeaban. Todas sus riquezas y todo el poder acumulado
sobre los otros no habían podido comprarle nada mejor que aquel recuerdo
infantil. Ese trineo, símbolo de dulces relaciones humanas, era en verdad lo
que Kane quería, la buena vida que había
sacrificado para conseguir millones de cosas que en realidad no le servían para
nada. Y sin embargo la mayoría le envidiaba... Venga, vámonos al cine:
mañana seguiremos.
TALLER
1.
Explica la historia de Esaú y Jacob.
2.
Según este capitulo qué es la ética?
3.
A veces parece como que todo nos da igual.
Pero, dice Savater, “lo que hace que todo dé igual no es la vida, sino la
muerte”: ¿qué quiere decir con ello?
4.
Eso de la humanidad depende en buena medida
de lo que los unos hacemos con los otros. Me explico: el melocotón nace melocotón,
el leopardo viene ya al mundo como leopardo, pero el hombre no nace ya hombre
del todo ni nunca llega a serlo si los demás no le ayudan: ¿por qué?
5.
Hablar a alguien y escucharle es
tratarle como a una persona, por lo menos empezar a darle un trato humano: ¿por
qué? ¿Hay otras formas de demostrar que nos reconocemos como humanos?
6.
El lenguaje es una función
natural o cultural. Explica
7.
Kane es un multimillonario que
tiene de todo, sin embargo no es feliz (“no tuvo una buena vida”), ¿por qué?
viernes, 15 de febrero de 2013
GUIA DE RELIGIÓN PRIMER PERIODO GRADO DECIMO(10)
EL ORIGEN DE LA RELIGIÓN
Desde sus inicios el ser
humano trató de darles respuesta a los distintos enigmas de su existencia a
través de las distintas formas de religiones, de tal forma de poder entender lo
que ocurría a su alrededor con la naturaleza, darle un sentido o propósito a su
vida; y el para qué de su existencia.
Necesitaba
entender el origen del bien y el mal, la causa del dolor y el camino que los
podía conllevar a la felicidad. Es así como el ser humano
comenzó a crear(o a descubrir, para los creyentes) las diversas divinidades,
que le brindan un orden a su mundo, y que lo protegen de todos los pesares a
los que se encontraba expuesto.
Estas primeras formas religiosas fueron
evolucionando para dar paso a las grandes tradiciones de religión actuales. Las primeras religiones fueron
politeístas, es decir, se creía y se veneraba a distintos dioses, según a
las tribus o civilizaciones a las que perteneciera; esto al contrario de las
religiones que son monoteístas, cuyas
creencias se centran en un Dios único. Esto, para crear figuras diversas,
que brindaran protección en todos los ámbitos en los cuales se sintiera
inseguro o temeroso.
Las religiones son el acto o
representación por la cual el ser humano cree demostrar su reconocimiento o
existencia de uno o varios dioses, que tiene o tienen poder sobre el destino que les depara a quienes cumplen con ciertos
ritos, los obedecen, sirven y honran de distintas maneras.
Etimológicamente la palabra
religión significa obligación, pero dependiendo del autor o la corriente es el significado
que se le atribuye. Cicerón, por ejemplo, llamaba religiosos a aquellos que
cumplían al pie de la letra todos los actos del culto divino.
Las teorías más modernas, de
mano de la psicología transpersonal, hacen un paralelo de la evolución de las
religiones con el desarrollo de la conciencia humana, y asocian los comienzos
de las diversas tradiciones con experiencias internas de individuos que se
encuentran en las distintas fases de este camino de desarrollo interior.
Existen
cinco grandes religiones en el mundo, donde se concentra la
mayor cantidad de adeptos o fieles; estas son el budismo, el judaísmo, el cristianismo, el islamismo y el hinduismo.
Donde cada una de ellas tiene sus principios claves. Por ejemplo el judaísmo cree en un Dios espiritual
y eterno y que al final de los tiempos, Dios enviará al Mesías, un hombre
descendiente de la tribu de David. Entonces la humanidad vivirá en paz y
concordia, unida por la creencia en el Dios único.
El
cristianismo también cree en un sólo Dios, donde el amor debe ser la forma de
vida de la humanidad. Esto dado por el hecho que el hijo de Dios
se hizo presente en la tierra, en la forma carnal de Jesucristo, quien llega
con la buena nueva de la resurrección de los muertos, o sea, de la vida eterna.
Es así como Jesús resucitó y por ende la humanidad resucitará en el último día
a una vida definitiva de felicidad absoluta.
El hinduismo quiere alcanzar
la liberación definitiva y el reposo absoluto. Esta liberación la entienden
como la unión del Yo con el poder cósmico
universal, con la esencia del universo. Es común pensar que esta religión
es politeísta por sus innumerables deidades, pero en el fondo su creencia
consiste en una realidad única, Brahmán, y se piensa que todas las deidades son
manifestaciones de aspectos particulares de este absoluto.
El budismo quiere lograr liberarse de la existencia fenoménica a la
que le es propia el sufrimiento. Para lograr este objetivo es necesario alcanzar el Nirvana, estado
de iluminación, y veneran a buda, que significa el despierto o iluminado.
El
Islam quiere reformar la tierra, hacen una crítica a la
humanidad que es demasiado orgullosa y egoísta: "El hombre es por
naturaleza timorato". Cuando le acontece una desgracia sufre pánico, pero
cuando experimenta sucesos afortunados no los comparte con los demás.
La religión ha cumplido un
papel importante en el desarrollo de la humanidad ya que siempre estuvo ligada al desarrollo moral de la persona
dirigiendo así el rumbo de sus acciones; los aportes de la religión se
aprecian en la literatura y filosofía, las ciencias y el desarrollo del
potencial humano en general, aunque también se ha pasado por épocas en las
cuales la religión ha contribuido a estancar su desarrollo. Como se puede
apreciar, la religión es una herramienta formal para acercar el hombre a Dios,
y tomada sin fanatismos y con tolerancia contribuye a al desarrollo integral y
a la sana convivencia entre seres humanos.
CRISTIANISMO
Introducción
Es un hecho que la teología
cristiana se ha elaborado de manera que a cualquier teólogo le resulta más fácil hablar del sufrimiento que de la alegría;
más fácil también hablar del dolor que de la felicidad; más fácil igualmente
hablar del llanto que de la risa; y más fácil, por supuesto, hablar de la
muerte que de la vida, sobre todo si se trata de una vida de gozo, de dicha y
de disfrute de las cosas buenas, de tantas cosas buenas y agradables que Dios
ha puesto en esta vida. No es superficial ni frívolo el dicho popular según el cual todo lo que está bueno o es pecado o engorda.
Al decir eso, la sabiduría popular está
afirmando que, según las enseñanzas de la religión, lo que más nos agrada a nosotros, eso es lo que desagrada a Dios. Una
sentencia que, si se piensa despacio, resulta sencillamente estremecedora,
puesto que nos viene a decir que el Dios de los teólogos está tan lejos de los
seres humanos y rivaliza con nosotros hasta el extremo de que lo que más
dichosos nos hace a los pobres mortales, más le desagrada al Dios inmortal y
omnipotente, el infinitamente feliz desde siempre y para siempre..
El problema del mal y del
pecado, el problema del sufrimiento, el problema del sacrificio y de la muerte,
el problema del castigo eterno, esos temas sombríos, con las amenazas y
condenas que acarrean, no han dejado (ni dejan) de preocupar a los
especialistas en las cosas de Dios y de la religión.
Y sabemos que la teología tiene sus serias
razones para preocuparse por esa macabra lista de problemas. Porque los
teólogos saben que si un buen día se suprimieran de la teología los problemas
relacionados con el dolor, el sacrificio, el sufrimiento, el juicio, el castigo
y la muerte, ese día los teólogos se quedarían sin trabajo y muchos de ellos se
tendrían que apuntar al paro. Es más, si eso sucediera, habría teólogos que
seguramente ni sabrían cómo hablar de Dios. Y hasta se verían en serias
dificultades para estructurar los tratados teológicos que, desde hace siglos,
se vienen explicando en los seminarios y centros de estudios del clero.
Mientras tanto, la
aspiración más inmediata y natural de cualquier ser humano, la aspiración y el deseo de ser feliz en esta vida, es una
cosa que resulta muy difícil de encontrar en los tratados de teología, en
los escritos de espiritualidad y en los libros de liturgia. Es más, en ese tipo
de literatura religiosa, lo que se le dice a la gente es que tenga cuidado con
la felicidad, el disfrute y el placer que nos puede proporcionar este mundo.
Porque los bienes de esta tierra son
pasajeros, entrañan múltiples peligros y hasta merecen nuestro desprecio.
De ahí que a lo más que han llegado los teólogos, con sus teologías, es a prometer una felicidad futura y eterna que se sustenta
en la esperanza.
Pero está claro que vivir
siempre esperando a que nos llegue la muerte para disfrutar de la oferta que nos hace la teología resulta
penoso y hasta fúnebre. Por eso, entre otras razones, hay demasiada gente que
se cansa de tanto esperar. Seguramente esto es lo que explica, al menos en
buena medida, por qué la oferta de felicidad y bienestar que hace la sociedad actual
tiene más poder sobre el común de la gente que la oferta de bienaventuranzas
eternas que hacen las religiones.
¿por qué ocurre esto en la
teología y en las enseñanzas de la Iglesia? Y en segundo lugar: ¿qué solución
tiene esto, si es que tiene alguna?
El
cristianismo y la felicidad
Se ha dicho, con toda razón,
que la tradición cristiana no ha tomado debidamente conciencia de que Jesús ha
sido quien ha traído a los seres humanos la más grande felicidad. se realiza
«ahora», «ya», «hoy mismo»
En el vocabulario del Nuevo Testamento,
el término que expresa felicidad, dicha, bienaventuranza, aparece hasta 50
veces.
En la mentalidad de Jesús,
el tiempo del ayuno, la privación y la tristeza ha terminado. En su lugar, la
alegría de quienes disfrutan de la presencia del novio, en la celebración de la
boda, ha llegado . De manera que la «reacción típica» ante la llegada del reino
de Dios es la felicidad, la alegría, alegría que alcanza sorprendentemente
incluso a Dios mismo. Sin duda alguna, la expresión desbordante de este
proyecto de felicidad y de alegría es el que Jesús presenta en la gran parábola
del banquete del reino en el que entran
«buenos y malos», es decir, en el que hay cabida para todos, incluso para los
vagabundos de los caminos, los excluidos de la convivencia social, aquellos a
los que nadie quiere y que nadie estima.
Como es bien sabido, la
afirmación más fuerte y más condensada de este proyecto de felicidad es la que
Jesús formula en las dos redacciones de las «bienaventuranzas», la del Sermón
del Monte de Mateo y la del Discurso de la Llanura de Lucas. En estas dos
redacciones Jesús presenta tres situaciones que en ambos textos coinciden: los
pobres, los que pasan hambre, los que lloran , que vienen a ser paralelos con
los pobres, los que sufren y los que tienen hambre . También existe
coincidencia en la bienaventuranza de los que se ven odiados y perseguidos .
Lo que me interesa dejar
claro es que, en estas afirmaciones sorprendentes, se llama bienaventurados o
dichosos a los que no cabe esperar que puedan serlo, puesto que se indica como
causa de la felicidad lo que en este mundo nos causa más tristeza y desgracia:
la pobreza, el sufrimiento, la persecución y las lágrimas.
Como es lógico, la teología
cristiana se ha preocupado por buscar alguna explicación a fórmulas tan
contradictorias y, por eso, tan sin sentido. Esa explicación no puede consistir
en desplazar la felicidad a la otra vida, como promesa de futuro, puesto que,
en las «bienaventuranzas», la felicidad se afirma como experiencia que se vive
ya, por más que en el futuro último alcance su plenitud definitiva.
La solución ha sido interpretar este texto en
sentido «ético»: las bienaventuranzas como un catálogo de virtudes; o también,
en otros casos, explicar estas bienaventuranzas en sentido «espiritual»: las
bienaventuranzas como virtudes religiosas, que
serían la humildad, la renuncia al mundo y al pecado. Ahora bien, con
semejantes interpretaciones, lo que en realidad ha ocurrido es que uno de los
textos más geniales y liberadores del cristianismo se ha convertido en una de
las cargas más pesadas y más inexplicables que tenemos que soportar los
cristianos.
Pero no sólo eso. Hay en
este asunto concreto algo mucho más grave. No se trata sólo de que a los cristianos se nos ha secuestrado la alegría
y ya no encontramos en el Evangelio un mensaje de felicidad y, menos aún,
podemos ver en el mensaje de Jesús un proyecto que encarne la felicidad de
vivir. peor de todo es que, al arrancarle al Evangelio su mensaje de felicidad
y de alegría, hemos precipitado al cristianismo en una crisis tan profunda que,
ya a estas alturas, esa crisis parece humanamente insuperable. Aquí, me parece
a mí, está el núcleo del problema que tenemos que afrontar los cristianos
cuando nos planteamos el problema de la felicidad y la bienaventuranza. La
cuestión de fondo no está en que vivamos con más o menos alegría nuestra fe y
nuestra religión. El verdadero problema está en que, por este camino, estamos
hundiendo al cristianismo y estamos contribuyendo poderosamente a su progresiva
e imparable descomposición.
miércoles, 6 de febrero de 2013
martes, 22 de enero de 2013
GUÍA # 1 DÉCIMO ETICA
1.
EL GÉNERO
Al decir género, estamos hablando de
que las características que hacen que alguien sea hombre o mujer no dependen de
la fisiología, sino de la cultura y como ésta define lo masculino y lo femenino
Desde el nacimiento
la familia encamina a la persona para que adopte un rol y se comporte de una u
otra forma. El hecho de vestir a los bebes varones de color azul y a las bebes
mujeres de rosado contribuye para que las personas alrededor de la criatura
elaboren una serie de actitudes para que ese niño o niña se comporte de forma
“adecuada” a lo que en el imaginario publico se entiende por ser hombre o ser
mujer.
No obstante lo
anterior la diversidad de personas es tan grande que la gente no cabe en los
moldes culturales y existen casos donde las diferencias de comportamiento son
muy visibles y causan en las personas conflictos de entendimiento, por ejemplo
un hombre heterosexual puede tener hablar suave y ser delicado en el trato con
todas las personas, esto puede llevar a confusiones sobre su identidad sexual y
por lo tanto en las señales que le envían personas interesadas en él.
Para evitar los
encasillamientos se hace necesario educar a las personas para que se rompa con las creencias que tiene la
gente de que una persona por ser mujer u hombre debe comportarse de una u otra
manera y que este comportamiento debe dar cuenta clara a las demás personas de
la definición del ser de la persona.
La identidad
de género es construida por el ser
humano en su día a día, dicha identidad algunas veces entra en conflicto con su
sexo y con las potencialidades que se esperan de su ser, todo esto es
transverzalizado por la cultura y en algunos casos deriva en frustración y
miedo, por esto es importante ser consciente
de cómo la cultura y la sociedad afectan a las personas para que la
gente posea herramientas para confrontar su dignidad personal con aquellos
aspectos de la cultura que le hacen infeliz.
De otro lado, el género hasta el día de
hoy en muchas culturas esta asociado a situaciones de poder, ya que dentro de
las sociedades se asignan roles a las personas dependiendo de sus órganos
genitales y muchas veces esta asignación de roles le da ventajas a un sexo
sobre otro.
2. SEXO
Es la
diferencia fisiológica que determina ser macho o hembra y tiene los siguientes
componentes: desde la genitalidad - tener pene o vágina-, desde las gónadas -
tener ovarios o testículos-, desde la genética -tener cromosomas XX o XY-,
desde la endocrinología – tener mayor cantidad de hormonas femeninas estrógenos, o de hormonas masculinas,
andrógenos-, elementos anatómicos – distribución del vello, crecimiento del
pecho-, desde la psicología – pertenecer a uno u otro sexo.
En la especie
humana existen casos en que se poseen los dos sexos, a esto se le llama ser
intersexual, en este caso el personal medico y la familia analiza, según la
apariencia sexual mayoritaria, la mejor forma de crianza para contribuir a la conformación del género.
3. IDENTIDAD SEXUAL
La identidad siempre está en construcción y culturalmente se refiere a la forma en que una
persona vive su vida, en medio de otras formas de vida diferentes a la suya,
sin embargo se hace necesario advertir que cuando se habla de la identidad no
se debe asumir que se está hablando en sentido singular, pues en realidad la
identidad es el resultado de una suma de identidades, entre ellas la identidad
sexual.
En la mayoría de
las sociedades se insiste en catalogar a las personas según sus genitales y en
hacer coincidir esa catalogación con lo que en la cultura identifique el ser
mujer o el ser varón, sin embargo, la identificación sexual vista de esta forma
es reduccionista, ya que la identidad sexual compromete factores culturales,
intelectuales, religiosos y biológicos entre otros. En este momento algunos
estudios dan cuenta de que la identidad
sexual se fija en los primeros dos años de vida y que a partir de allí es
inmutable. Otros estudios sobre el cerebro nos hablan de que los “cerebros de
transexuales indican que la composición de éstos muestra a menudo la
composición del sexo con el que se identifica el individuo en lugar de la del
sexo de nacimiento. Esto apoya la teoría
de que el cerebro de un individuo puede desarrollarse en un sentido diferente
al de sus genitales, por lo que la transexualidad es de origen innato y no
psicológico. La investigación también apoya las expresiones “hombre atrapado en
el cuerpo de una mujer” y “mujer atrapada en el cuerpo de un hombre”.
Cada persona
descubre su identidad sexual, aunque puede cuestionarse sobre ella en
determinados momentos de su vida cuando se compara con otras identidades. La identidad sexual nos hace diferentes a
las demás personas en cuanto a nuestras preferencias sexuales, nuestros
sentimientos y nuestras actitudes ante el sexo, la identidad sexual es
diferente de la orientación sexual, ya que en el primer caso es el proceso de
acercamiento a lo que le indica la cultura de lo que debe ser un hombre o una
mujer y en el segundo caso es el proceso de acercamiento a otras personas para
ejercer la sexualidad.
4.
ORIENTACIÓN SEXUAL
Es el deseo que nos
impulsa para acercarnos a otras personas y obtener satisfacción sexual, la orientación sexual puede cambiar a lo
largo de la vida, lo mismo que el rol de género “en la actualidad se considera
imprescindible para entender la orientación sexual, plantearla cómo algo
dinámico, que puede variar a lo largo de la vida de una persona y que se ve
influenciada y condicionada por factores sociales, biológicos, psicológicos
culturales y experiencias personales”. El deseo puede ser heterosexual,
bisexual, homosexual y aparece mucho antes que la practica sexual, sin embargo
esas palabras se quedan cortas ante la enorme diversidad sexual humana.
Kinsey empleó la palabra
“heterosexual” para describir a las personas que desean tener relaciones
sexuales con personas del otro sexo. Y usó la palabra “homosexual” para
describir a las personas que desean tener relaciones sexuales con personas de
su mismo sexo.
La
orientación sexual esta íntimamente ligada a la expresión “salir del
closet” que es la aceptación ante las demás personas de el deseo que
impulsa su sexualidad y que muchas veces se tiene que evidenciar para no crear
falsas expectativas, por ejemplo ante la familia para que comprendan la
dificultad que supondría tener hijos e hijas y ante otras personas que sienten
un deseo que no puede ser satisfecho
5. JERARQUÍA SEXUAL
Desde
la heteronormatividad, podría pensarse que jerárquicamente la heterosexualidad
está por encima de la homosexualidad, sin embargo esto es una idea simplista,
ya que cada sociedad con su cultura y en un tiempo especifico jerarquiza a su
vez los ideales de sexualidad, en este momento para nuestro contexto se puede
decir que la jerarquía sexual empezando desde lo más deseable hasta lo más
indeseable es la siguiente:
Heterosexuales reproductores
monógamos casados.
Heterosexuales no
reproductores monógamos casados.
Heterosexuales reproductores
monógamos en unión marital de hecho.
Heterosexuales no
reproductores con más de un o una pareja al mismo tiempo.
Heterosexuales reproductores
con más de un o una pareja al mismo tiempo.
Bisexuales “en momento de
transición hacia la heterosexualidad”.
Homosexuales gay con pareja
estable.
Homosexuales gay sin pareja
estable.
Bisexuales “en momento de
transición hacia la homosexualidad gay”.
Homosexuales lesbianas con
pareja estable.
Homosexuales lesbianas sin
pareja estable.
Bisexuales.
Transformistas de hombre a
mujer.
Transformistas de mujer a
hombre.
Travestís de hombre a mujer.
Travestís de mujer a hombre.
Transexuales de hombre a
mujer.
Transexuales de mujer a
hombre.
Intersexuales.
Todo tipo de tendencias
sexuales consentidas entre personas adultas: fetichistas, voyeristas…
Todo tipo de tendencias
sexuales que están tipificadas como delitos y en las cuales se abusa de otras
personas en estado de vulnerabilidad, por ejemplo la pederastia.
La
jerarquía sexual la da de forma explicita e implícita la sociedad, sin embargo
muchas veces las personas no son conscientes de que existe esa jerarquía en el
imaginario público y solo desde el lugar que se este en la jerarquía se observa
como despreciable lo que está por debajo, pero en muchas ocasiones no se
observa como apreciable lo que esta por encima, excepto cuando se quieren
reivindicar derechos como por ejemplo los que se adquieren por matrimonio:
seguridad social, afiliación a E.P.S partición de bienes en caso de separación.
La jerarquía sexual es arbitraria, porque depende de lo que aprecia la sociedad
en un momento determinado de la historia.
6. DISCURSO DE GÉNERO
Es
la forma como se construye la identidad masculina o femenina desde el lenguaje;
el lenguaje tiene el poder de evocar la forma en que se considera debe ser una
persona y de convocar a que todas las personas que tienen determinadas
características sean según lo que se pide desde una sociedad determinada.
Para ilustrar lo anterior daré dos
ejemplos:
Discurso de género femenino: las
mujeres deben tener hijos, ellas son ángeles del hogar y deben saber cocinar,
cuidar una casa y atender al esposo.
Discurso de género masculino: los
hombres son mejores conductores que las mujeres, se desenvuelven mejor en el
ámbito político.
Explicación: desde el discurso de
género y a pesar de las leyes existentes sobre la igualdad se continua
promoviendo desde la cultura que el eje central de ser mujeres es la función en
el hogar, esta imagen se ve continuamente reforzada por los medios de
comunicación, por ejemplo casi todas las telenovelas tienen como final feliz el
matrimonio; también continua la asociación de los hombres a la vida pública y
en el imaginario social, a pesar de que se ha demostrado que las mujeres tienen
mayor eficiencia organizacional, capacidad de liderar equipos y menor record de
corrupción la gente continua eligiendo como representantes a hombres, ya que tienen
la creencia de que estos son más fuertes.
7.
MINORÍA
Aunque según las
estadísticas las mujeres como población son mayoría, en realidad son una
minoría, pero para entender esto se hace necesario examinar el significado del
término minoría.
Por minoría debe entenderse que un
grupo de la población no tenga poder y que las decisiones las tome otro grupo,
ejemplo de esto fue Sudáfrica un país en el que la mayoría de la población es
negra y en el cual las decisiones las tomaba un pequeño grupo de gente blanca
hasta casi finalizar el siglo pasado.
En Colombia las decisiones que
incumben a las mujeres y a las personas
en diversidad sexual las toma un Senado
mayoritariamente masculino y heterosexual.
Y en el ámbito mundial:
- “Las
mujeres poseen nada más que el 1% de la riqueza del mundo, y ganan cerca
del 10% de los ingresos, a pesar de conformar más del 51% de la población.
- Cuando
se consideran el cuidado de los hijos y el hogar, la mujer trabaja durante
más tiempo que el hombre tanto en países industrializados como en países
en vías de desarrollo.
- Las
mujeres tienen una representación legislativa mucho menor en comparación a
la de los hombres: Suiza posee el mayor número de mujeres con un 42%,
mientras que el promedio mundial es del 9%.
- En
promedio la mujer gana un 30% menos que el hombre, incluso en iguales
tareas”[2]
- Se
calcula que el 10% de la población tienen tendencias sexuales diferentes a
la heterosexual.
A
pesar de todo lo anterior, en Colombia, las mujeres y las personas diferentes a
heterosexuales son invisibles a la hora de la toma de decisiones, por esto son
una minoría es decir un grupo que no tiene poder dentro de un estado o una
sociedad.
A partir de las
luchas por los derechos civiles en Estados Unidos de Norte América, existe en
muchos países la preocupación por brindar garantías para que los grupos
considerados como minoritarios tengan mejores oportunidades “ las personas
tienen derechos globalizados, como ciudadanos del mundo, y derechos como
consecuencia de pertenecer a sociedades locales, a minorías y a grupos
diferenciados”, es decir, el reconocimiento de pertenecer a una minoría es muy
importante para las personas que pertenecen a ella, pues pueden demandar
reconocimiento y el ejercicio de derechos a los que difícilmente tendrían
acceso si solo son considerados como población, en vez de ser tomados como
población muy vulnerable, por esto el estado debe aceptar la existencia de el
grupo minoritario para que se pueda empezar a hablar de mecanismos de
resolución de sus demandas, se hace necesaria entonces la existencia de la
inclusión de la palabra de los grupos que no tienen acceso al poder y a la toma
de decisiones que los y las afectan.
Lo primero que debe
tenerse en cuenta para saber si sé esta hablando de un grupo minoritario es la
identificación de que a ese grupo se le este violando algún derecho
fundamental, entre los derechos fundamentales consagrados en nuestra
Constitución Política de 1991 esta en el Artículo 13 “ Todas las personas nacen
libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las
autoridades y gozaran de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin
ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar,
lengua, religión, opinión política o filosófica.
El Estado promoverá
las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptara medidas a
favor de grupos discriminados o marginados.
El Estado protegerá
especialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o
mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los
abusos o maltratos que contra ellas se
cometan” y el Artículo 16 dice que “Todas las personas tienen derecho al libre
desarrollo de su personalidad sin mas limitaciones que las que imponen los
derechos de los demás y el orden jurídico”; la sexualidad hace parte del
desarrollo de la personalidad, pero en nuestro país no se protege a las
personas no heterosexuales y muchas veces las autoridades no investigan las
agresiones a homosexuales, transexuales y travestís.
Desde un punto de
vista fundamentalista se dice que la condición de minoría solo se da por la
pertenencia a una identidad tradicional, es decir, solo si se pertenece a algún
grupo plenamente reconocido como minoría, por ejemplo en Estados Unidos los
Afrodescendientes; pero desde otro punto de vista las minorías pueden definirse
como de primera, segunda o tercera generación, al respecto José Bengoa[3] dice:
En la actualidad no
se puede decir que haya un concepto absoluto acerca del termino ”minoría”, por
ello una aproximación a que las mujeres y las personas no heterosexuales se
pueden considerar como una minoría vulnerable y discriminada, debe tener en
cuenta varios factores, entre ellos: según la definición de Bengoa se puede
ubicar a estas personas como una minoría de tercera generación, estadísticamente el 10 % de la población
humana es homosexual y en el 90 % restante existen diferentes tipos de
diversidades sexuales, en este caso el término “minoría” no se refiere al
aspecto numérico sino a la condición de inferioridad del colectivo. Y según lo dicho por Comanduci, se puede
decir que las mujeres y las personas no heterosexuales pertenecen a las
minorías sin poder político, una muestra de ello son los largos trámites que se
han llevado a cabo para obtener derechos
patrimoniales y en salud.
8. SEXISMO
Según el Diccionario de la Real Academia
Española de la lengua, la palabra sexismo describe”la discriminación de
personas de un sexo por considerarlo inferior a otro”.
La
discriminación puede observarse en la vida cotidiana, empezando por el uso del
lenguaje, las personas suelen utilizar todo tipo de lenguaje, sin meditar en la
carga emocional y en los intereses que transmiten las palabras, así como
también se perpetua a través de el una forma de ver el mundo. Observemos varios
ejemplos de cómo se expresa el sexismo:
En
la literatura. Miremos la siguiente frase de Mario Benedetti: “Y por si ocurre
un apagón, es necesario, imprescindible, casi urgente, tener una mujer desnuda
y a la mano”; en este breve ejemplo puede observarse una carga cultural de ver
a la mujer como objeto sexual indispensable si no hay nada más que hacer, es
decir la mujer se convierte en el juguete para pasar el rato. Algunas personas
podrían sentirse ofendidas ante lo que he dicho de Mario Benedetti, y podrían
decir que este autor ha caracterizado su obra por darle un matiz de izquierda
en el cual defiende a la clase obrera, también podrían decir que en sus poesías
enaltece el papel de la mujer y yo estaría de acuerdo con esas afirmaciones, pero
no puedo desconocer que aun grandes autores reflejan en pequeñas partes de su
obra textos de carácter sexista, y que las personas repiten estos textos como
si fueran mantras sin detenerse a reflexionar sobre ellos.
En
escritos que perpetúan el machismo. Hay que recordar que cuando hablamos de
machismo o patriarcado nos referimos a la falsa creencia cultural de que el
hombre es superior a la mujer, superioridad que se expresa en actitudes,
lenguajes y tratos. Ejemplo de escrito que perpetua el machismo es el siguiente
“A esta altura del género, la mujer es complemento horizontal de nuestra razón
de individuos”[4]. ¿Horizontal significa acostada?, es
decir ¿Ni siquiera podemos ponernos en posición vertical para caminar juntos?
¿Solo importamos en la cama? Aparte de eso ¿Cómo así que las mujeres somos
complemento? ¿Acaso no tenemos Proyecto de vida propio y solo estamos en
función de otro?.
El
lenguaje es sexista cuando invisibiliza o menosprecia a uno u otro género
ejemplos de esto son:
“Se
cita a reunión de padres de familia”. En esta frase se desconoce que en
nuestros contextos educativos la mayoría de las veces las que van a las
reuniones son las madres de familia, por esto lo correcto sería decir “se cita
a reunión de madres y padres de familia”. Además de lo anterior es necesario
tener en cuenta que Colombia esta llena de familias sin padres y que es
necesario hacer visible el papel de las mujeres en la sociedad.
“Los
estudiantes de la Institución Educativa X han iniciado un paro”. Frases como
esta dan la impresión, la mayoría de las veces falsa, de que las Instituciones
Educativas se componen únicamente de personal masculino, este tipo de frases es
sexista porque invisiviliza el papel de la mujer.
“El personero del Colegio X esta haciendo una
muy buena labor”, y resulta que el personero es una mujer; en los países de
habla hispana en América, lo correcto es poner las profesiones en femenino
cuando se refieren a mujeres: la abogada, la jueza, la medica... claro está hay
que reconocer que existen nombres de profesiones que se refieren a los dos
géneros: el periodista, la periodista. Muchas personas que estudiaron hace ya
5, 10 o más años continúan con la creencia de que cuando se usa el masculino
hace referencia a hombres y mujeres, esto hace tiempo que dejo de ser válido y
al respecto se han referido en múltiples ocasiones las diferentes academias de
la lengua.
En
la actualidad en el lenguaje se debe hacer referencia al género correcto según
se sea hombre o mujer y cuando la referencia incluye a los dos se debe nombrar
a ambos: los niños y las niñas, los maestros y las maestras, los y las
dicentes... muchas personas dicen que al leer escritos que cumplen con esto, la
lectura se vuelve “pesada”, decir esto evidencia la falta de formación en
cuanto a dominar procesos de lectura incluyentes y en cuanto ha hacer un
esfuerzo personal para dar a la mujer estatus.
El
lenguaje no es inmutable y se corresponde con épocas y tiempos determinados y
en esta época usar en el lenguaje el género correspondiente es una muestra de
respeto hacia el papel de las mujeres, por esto ya no es normal que el
masculino englobe al femenino.
“Tod@s sus amig@s le ofrecerán una
fiesta”. El uso de la @ no garantiza que se entienda
de forma explicita la referencia a ambos géneros, además la gente tiene la
tendencia a introyectar solo uno de los géneros y por esto el uso de la @ es
objetable.
Los
chistes denigrantes como por ejemplo “¿Por qué los fogones tienen cuatro parrillas?
Uno por cada neurona que tiene la mujer.
O ¿Qué es una mujer embarazada de una hija? Un kit de limpieza” este
tipo de chistes hieren la autoestima de las mujeres, porque refuerzan en el
imaginario social la creencia de que las mujeres están hechas únicamente para
la vida domestica.
Desde
la Biblia se perpetúa el sexismo veamos:
1Corintios 14 35-36: "34.-
vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido
hablar, sino que estén sujetas,
como también la ley lo dice. 35.- Y si quieren aprender algo, pregunten en casa
a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la
congregación"
1 Timoteo 2, 11-12: "11.- La
mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
12.- Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre,
sino estar en silencio"
Efésios 5:22-24: "22.- Las
casadas estén sujetas a sus propios
maridos, como al Señor; 23.- porque el marido es cabeza de la mujer, así como
Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
24.- Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo"
24.- Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo"
Colosenses 3:18: "18.- Casadas,
estad sujetas a vuestros
maridos, como conviene en el Señor"
I Pedro 3:1: "1.- Asimismo
vosotras, mujeres, estad sujetas
a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean
ganados sin palabra por la conducta de sus esposas”
Tito 2:4-5: “"4.- que enseñen a
las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas,
cuidadosas de su casa, buenas, sujetas
a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada"
Puede
verse en esta pequeña muestra como muchos artículos de la Biblia son
evidentemente sexistas, pues colocan a la mujer en posición de inferioridad;
algunas personas dirán que en la actualidad las diferentes Iglesias no piensan
esto de las mujeres y es real, pero en las misas y en los cultos se leen estos
pasajes de la Biblia sin realizar un análisis contemporáneo de los mismos, lo
cual lleva a que personas con poca formación utilicen estos textos como excusas
para dominar a sus compañeras, a sus hijas y en general a las mujeres que están
a su alrededor.
9.
LENGUAJE Y GÉNERO EN RELACIÓN CON
LA ESCUELA
El
lenguaje implica varios códigos simultáneos, es decir lenguaje es lo verbal y lo no verbal, los gestos, lo que no se dice, la
apariencia personal, el manejo del cuerpo; también hace parte del lenguaje
la mediación emocional, es decir, las emociones y la moralidad y además se da
la determinación contextual que consiste en que las personas aprenden de su
cultura la actuación que se espera de ellas ante los eventos.
De lo
anterior se deduce que el lenguaje no es un código transparente y que
pedagógicamente hablando se requiere desde la escuela el análisis del mismo
para evidenciar los comportamientos que con relación a lo que se “espera” según
el género y que tiende a estereotipar,
esquematizar y dar continuidad a la hegemonía masculina minimizando las
capacidades de las mujeres y de otras personas en estado de vulnerabilidad.
Los
investigadores y las investigadoras del Proyecto Arco Iris en Bogotá observaron
que en muchas chicas el lenguaje se presenta de forma expresiva, este tipo de
lenguaje consiste en la activación de mecanismos emocionales como respuesta a los
sucesos escolares, entre estos mecanismos están: “permanecer en silencio, reaccionar con asentimiento, rapidez, aun con
resignación, o expresar diversas maneras de activación emocional como rubor,
nerviosismo y llanto”; estas formas de reaccionar de las jóvenes se
correlacionan con el acatamiento y la poca autoconfianza con relación al
conocimiento y a la negociación de
la norma.
En
relación a los chicos encontraron que estos usan lenguaje estratégicos, este
tipo de lenguaje consiste en la capacidad de transgredir o de negociar la norma
y la parte académica, con este tipo de lenguaje los jóvenes anticipan
soluciones o respuestas a su favor.
Los maestros y las
maestras pocas veces analizamos en las escuelas los tipos de lenguaje que manejan los y las estudiantes, y
mucho menos reflexionamos con ellos y ellas las implicaciones de lo que dicen y
de lo que no dicen, permitiendo que desde la escuela se perpetúen
comportamientos que atentan contra la dignidad de muchas personas, entre estas
las mujeres, los gays y las lesbianas.
Lo anterior se
ensambla con el pensamiento de Michèle Le Doeuff cuando al pensar a Simone de Beauvoir nos
habla de que ella analizó “la manera como se censura la agresividad de las
niñas”...”las penalidades de la vida conyugal... son, todo ello, elementos
esenciales para una toma de conciencia acerca de la opresión de las mujeres”
(Le Doeuff, 1993) opresión que se legitima desde la educación familiar y
escolar y que tiene como componente el aprendizaje de las reacciones y de un
determinado tipo de lenguaje, porque
cuando una niña, una joven o una mujer levanta la voz y contraargumenta a lo
que le pasa, es leída como “marimacho”, “criticona”, “poco femenina”, pero
cuando esto lo hace un chico, un joven o un hombre es leído como alguien que
“defiende lo que cree”, y con ello se silencia la voz de las mujeres y se
premia la voz de los hombres, lo cual da
continuidad desde la casa y desde la escuela a la hegemonía masculina, donde la
mujer es inesencial en cuanto a ser,
objeto de placer y con el papel básico de criar hijos y cuidar de la familia.
El Lenguaje
Expresivo no es tenido en cuenta como una manifestación de lo que se siente y
se piensa “Ese fruncimiento de cejas, ese rubor, ese tartamudeo, ese ligero
temblor de las manos, esas miradas al suelo que son a la vez tímidas y
amenazantes, no expresan la cólera, son la cólera (...) En sí mismo el puño
cerrado no significa nada.” (Le Doeuff citando a Sartre, 1993.), tal parece que
para ser tenida en cuenta el Lenguaje Expresivo no funciona, debido a que es
una demostración de debilidad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)